Esta vez sí que lo hemos logrado, nos hemos levantado a la 05:30! Después de hacer las maletas y desayunar en el hotel a las seis de la mañana - en un comedor ocupado por nosotros y un cuarteto de eslovacos con cara de pocos amigos - hemos cogido la circunvalación de Ljubljana dirección Zagreb.
Siguiendo los consejos de Samo, obviamos Zagreb en nuestra ruta y nos dirigimos hacia Trogir. Al cabo de una hora entramos en territorio croata. Atrás dejamos Eslovenia, un país paisagístimacamente muy rural, arbolado y montañoso, que nos deja la buena impresión de Bled y la indiferencia de Ljubljana. Dudo que volvamos, a no ser que sea para disfrutar de nuevo del maravilloso lago.
Después de haber cruzado varios países sin tener rendir cuentas en ningún paso fronterizo (gracias al tratado de Shengen) en Croacia las autoridades nos han solicitado el pasaporte.
A medida que íbamos yendo más hacia el sud es paisaje verde que nos ha acompañado des de Verona se convierte en menos frondoso, y en ciertos lugares semi-desértico. Para que os hagáis una idea, similar a la zona de Llançà y Portbou.
Al mediodía llegamos a Trogir, un bonito pueblo a la orilla del Adriático. Por segunda vez en este viaje vamos a una ciudad que fue reconocida por la UNESCO como patrimonio de la humanidad en 1997. Al igual que Verona de forma justa y acertada. En el pueblo se concentran legados de las épocas más doradas del reino de Bizancio, austro-húngaro, croata, francés y veneciano. Su catedral y su pórtico son excepcionales, y junto a sus calles y plazoletas medievales, hacen de este pueblo un lugar increíble.
Siguiendo los consejos de Samo, obviamos Zagreb en nuestra ruta y nos dirigimos hacia Trogir. Al cabo de una hora entramos en territorio croata. Atrás dejamos Eslovenia, un país paisagístimacamente muy rural, arbolado y montañoso, que nos deja la buena impresión de Bled y la indiferencia de Ljubljana. Dudo que volvamos, a no ser que sea para disfrutar de nuevo del maravilloso lago.
Después de haber cruzado varios países sin tener rendir cuentas en ningún paso fronterizo (gracias al tratado de Shengen) en Croacia las autoridades nos han solicitado el pasaporte.
A medida que íbamos yendo más hacia el sud es paisaje verde que nos ha acompañado des de Verona se convierte en menos frondoso, y en ciertos lugares semi-desértico. Para que os hagáis una idea, similar a la zona de Llançà y Portbou.
Al mediodía llegamos a Trogir, un bonito pueblo a la orilla del Adriático. Por segunda vez en este viaje vamos a una ciudad que fue reconocida por la UNESCO como patrimonio de la humanidad en 1997. Al igual que Verona de forma justa y acertada. En el pueblo se concentran legados de las épocas más doradas del reino de Bizancio, austro-húngaro, croata, francés y veneciano. Su catedral y su pórtico son excepcionales, y junto a sus calles y plazoletas medievales, hacen de este pueblo un lugar increíble.
Hemos aprovechado el día para perdernos por las callejuelas de Trogir, ir a bañarnos en playas escondidas y esta noche hemos tomado algo en un bar en una playa donde hemos aprovechado para pegarnos otro baño. Un día donde hemos combinado relax, visita turística y casi 600 kilómetros de ruta. La bala gris ya lleva 2300!
Mañana nos espera primero Split. A media tarde tenemos previsto llegar a Dubrovnik, la perla del Adriático. Que ganas tenemos!
2 comentarios:
Hola Gerard!
Trobo una idea genial això de crear un blog i començar narrant aquest viatge ho trobo un gran inici!
Segueix així i molta sort. Espero que la comunitat blog vagi creixent.
Víctor.
Hola Victor!
Em fa molta ilusio el teu comentari. Quan arribem ja et fare passar el calvari de veure les fotos. Una abracada.
P.D. Sorri per les faltes pero els teclats croates son xunguissims jeje
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