"Me lo enseñaron y lo olvidé, lo vi y lo entendí, lo hice y lo aprendí"
Esta frase la leí en un papel amarillento y arrugado pegado en la puerta de un profesor veterano de la universidad hace ya algunos años. Llevaba ahí hacía tiempo, seguro. Talvez el docente hacía años que intentaba transmitir este mensaje entre los alumnos que lo iban a ver al despacho, o que como en mi caso, pasaban por el labaríntico pasillo -donde se encontraba su cuadrículo de ideas y sabiduría- cuando iban ver a otro profesor para resolver dudas, ir a una revisión de un examen o a trabajar en su proyecto de final de carrera. Esa frase estaba firmada por el romano Cicerón el s.I a.C, me gustó y a partir de entonces la vengo utilizando con cierta frecuencia.
El otro día recibí, como cada mes, una revista entregada a la ingeniería. Un artículo me llamó la atención. Hablaba de una persona que había sido un alto ejecutivo de distintas empresas agroalimentarias y que decidió dejarlo todo para tomarse un año sabático, cambiar de rumbo de vida, y sobretodo, dejar el frenetismo de su día a día. Finalmente, decidió invertirlo en formarse en "reducción del estrés" en el MIT, la meca del conocimiento científico, y un lugar en el que cualquier amante del estudio de las disciplinas técnicas le gustaría perderse.
A día de hoy, dos años después, se dedica a la impartición de cursos, conferencias y seminarios; vaya que se ha convertido en un "gurú" de la gestión del estrés. En mi opinión, y supongo que también en la de Cicerón, para aprender y por tanto poder enseñar, no debería haber puesto en práctica lo que le transmitieron y vió en el MIT durante un tiempo en la empresa agroalimentaria de la que venía... ? Supongo que puede haber distintas interpretaciones. Algunos dirán que la mejor forma de aprender es enseñar. Seguro que ayuda, pero para aprender, hay que hacer.
7 comentarios:
Vamooss,
Salutacions desde Shanghai, Illa changxing.
http://maps.google.es/maps?f=q&source=s_q&hl=es&geocode=&q=changxing+island&ie=UTF8&ll=31.372243,121.74286&spn=0.006944,0.013894&z=17&iwloc=A
Com hi vas mákina! Pilla'm roba guapa i barata :D
Disfruta!
me interesa, y quien es ese genio?
titu!!!! ànimussss una abraçada!
Estimado Gerard
Pasaba por su blog de visita y me interesó el tema. Sin embargo permítame que le haga una humilde observación. Marco Tulio Cicerón se revolvería en su tumba si supiese que había sido nombrado “Emperador romano” más de dos mil años después de su muerte. Porque Cicerón fue entre otras muchas cosas abogado, político, escritor y filósofo, y ocupó diversos cargos como senador, pretor o cónsul. Pero ante todo y sobre todo fue un acérrimo defensor de la República Romana que pasó la mayoría de su vida luchando contra una larga serie de conspiradores que amenazaban la supervivencia de esta vieja forma de gobierno en la Roma Antigua, como fueron Craso, Catalina o el propio Cesar. Aunque bien es verdad que tuvo algo de condescendencia con el soberbio e intrigante Pompeyo. En cualquier caso, nada hubo más lejano a un Emperador romano que el genial orador de Arpino.
Un saludo.
Gracias por el comentario Apostata. Es todo un honor que alguien con unos conocimientos tan amplios haya leído mi post. Corregido. Esto añade una nueva solución a la ecuación indeterminada del aprendizaje. A parte de hacer y enseñar, una buena forma de aprender es equivocarse :)
Saludos,
Gerard
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