sábado, 16 de julio de 2011

Carrera de la LLuna Plena de Viladecans


Hacía mucho que no escribía. Si alguien ha entrado en el blog recientemente puede haber pensado que aún estamos en los carnavales de Gualeguaychú, en Argentina... La realidad es que volvimos del viaje la segunda semana de enero, ya hace más de medio año. Los carnavales también han terminado, a finales de Marzo; este año ganó Marí Marí, la comparsa que nos gustó más. Me tengo que esmerar más y mirar de escribir con más frecuencia, o cerrar el blog, esta dejadez es inadmisible :)

Hoy voy a hablar de una actividad que hicimos ayer por la noche, con Càrol, en Viladecans. Se trata de la cursa de la Lluna Plena, una carrera nocturna de alrededor de 10 km de distancia. Me gustaría destacar dos temas. Por un lado, es la primera carrera de running que hago junto a Càrol. ¡Terminamos bien! Es el resultado de muchas tardes de entrenamiento. No hay cosa que me congratule más que recoger los frutos del esfuerzo de forma compartida.

Por otro lado me gustaría destacar la lección magistral que me enseñaron ayer los organizadores de la carrera (un equipo humano excelente, de los mejores que he conocido). Hasta día de hoy, y después de varias carreras de 10 kilómetros e inclusive de haber terminado la media maratón de Girona, creía que tenía claro qué significaba participar en estas carreras y correr: competir contra uno mismo, mirar de superar de forma individual los retos y poner en práctica la cultura del esfuerzo. Sin lugar a dudas son valores fantásticos y necesarios, más en los tiempos en los que nos hallamos. No obstante, ayer, los Runnerings, me enseñaron algo que había pasado por alto. Todo esto no tiene ni una décima parte de satisfacción que si al mismo tiempo ayudas a los demás a conseguirlo. La carrera no tenía carácter competitivo, el objetivo era llegar todos juntos, lograr que todos termináramos la carrera, y así fue. Animar a los rezagados, compartir la luz de los frontales, levantar a la gente que había tropezado, ayudar a invidentes a poder participar en la carrera y terminarla, avisar de los obstáculos,… Ayer por una vez no hubo un ganador, ganamos todos.

Tal vez deberíamos mirar de poner en práctica este concepto en muchos otros aspectos de la vida y destronar la paradoja de la individualidad en un mundo con más de 6.000 millones de personas, que por desgracia, muchas veces ponemos a la práctica con una precisión de cirujano.

Después de esta filosofada. Voy a dar las gracias a:
- Càrol. Por decidirse a participar en esta carrera y darme la satisfacción de poder terminarla junto a ella.
- A mis Nike Vomero 6 y a su excelente amortiguación que me ayudaron a resguardar mis rodillas.
- A la organización y a todos los Runnerings, encabezados por Sito Castelló, un tipo muy grande.
- Al sorteo de productos que hizo la organización después de la carrera. ¡Ganamos unas gafas de running Nike!
- A mi Garmin Forerunner 405 que nos fue marcando kilómetro a kilómetro los tiempos y los ritmos que llevábamos. Este reloj gps nos permitió sacar una particular “foto” de la ruta que hicimos, que podéis ver a continuación.


Si podéis, participad en esta carrera el año que viene. El recorrido y el ambiente son fantásticos, siempre resguardados por la luz de la luna llena.

1 comentario:

pacoFan dijo...

Completamente de acuerdo con tu reflexión!!! Tremenda lección para los que amamos el deporte. Felicidades a los organizadores y a todos los participantes.