domingo, 30 de agosto de 2009

Fin de semana en Barcelona


Este fin de la semana lo hemos pasado con Càrol en BCN. Nos hemos alojado en una residencia universitaria en Barcelona, Melon District. No es que volvamos a ser estudiantes ni mucho menos, aunque a veces no paro de pensar que si pudiera volver atrás, al 18 de Setiembre del 2000, día en que empecé mi periplo universitario, me impondría una mayor constancia para poder haber aprender más y aprovechar las lecciones magistrales a las que tuve la oportunidad de asistir durante 5 años.

Dejando de lado estos pensamientos, que me parece que casi todo el mundo tiene de vez en cuando, os comentaré un poco la experiencia y el motivo de de la misma. En mi trabajo he tenido la oportunidad de poder participar en el proyecto Melon District, trabajando concretamente en MK Online, intentando ayudar en la obtención de visitas web - y su conversión a peticiones de reservas – a través de la mayoría de fuentes disponibles. Esto, a parte del proyecto en sí, ha hecho que fuera realmente interesante. Por este motivo nos han invitado este fin de semana a todos los que hemos participado directa o indirectamente en el proyecto; sea en la construcción de la residencia o en la promoción de la misma, y en esta última es desde donde hemos participado desde Conzentra. Como no, también han tenido la gentileza de invitar a otros compañeros que han trabajado en el proyecto, como Ale, con quien con Càrol, hemos podido disfrutado de las instalaciones de Melon District y de Barcelona


La habitación donde nos hemos alojado dispone de todos los servicios que un estudiante puede desear para su estancia: cama grande, baño individual, conexión wi-fi, escritorio y televisión. Los servicios comunes son espectaculares: una piscina en la terraza de la planta superior con solárium y fantásticas vistas de 360º donde se puede contemplar el skyline de la ciudad condal, cocinas comunes con televisiones de plasma de 42”, se está proyectando un gimnasio,… en fin todo lo que un estudiante universitario puede desear. Se lo diré a primo Victor que está estudiando tercero medicina en Barcelona a ver si se anima :)




jueves, 27 de agosto de 2009

Risoterapia

Tiempo atrás, la primera vez que oí a hablar de terapias tan variopintas como la risoterapia, la cromoterapia o la gammaterapia lo primero que pensé fue: ¿Esto sirve para algo, aparte de para tirar el dinero?

La verdad es que no he tenido aún la ocasión de asistir a una sesión de alguna de ellas. De todos modos, creo que empiezo a entender el funcionamiento de la risoterapia, las otras dos continuo pensando que no tienen un efecto terapéutico contrastable. Del mismo modo que las farmacéuticas se enriquecen aún más con medicamentos placebo de forma lícita, los terapeutas supongo que tienen el mismo derecho.

Muchas personas que sufren de estrés o ansiedad suelen tener contracciones en el cuello (en los laterales, principalmente en la región del esternocleidomastoideo), en el nexo entre la mandíbula superior e inferior o en la cabeza: en la zona frontal, occipital o parietal.

La cara está formada por 24 músculos. Al reír de forma descontrolada con todas las fuerzas se accionan todos los músculos de la área de la cabeza y el cuello de una forma muy pronunciada, con una alta frecuencia, especialmente en aquellas zonas que con movimientos normales no podemos ejercitar y que por caprichos de la madre naturaleza son las que tienden a contraerse con mayor frecuencia.

La risoterapia permite en cierto modo relajarlos, aunque es una terapia sintomática, es decir, actúa como el paracetamol, elimina o apacigua el síntoma, pero la causa no.

Durante estos días he descubierto una gran serie que querría compartir con vosotros. En nuestro país pocos la conocen. Se trata de Little Britain. Es una serie cómica británica de humor simple, directo y absurdo, pero que paradojalmente hace una buena radiografía del mapa genético de la sociedad occidental. Personalmente he llorado más de una vez de risa con esta serie. Aquí van dos de mis gags favoritos protagonizados por la excepcional Carol Beer y el parásito de Andy. Animaros a verlo, no sé si lograréis aliviar vuestras contracturas o reír, pero al menos practicaréis un poco de inglés.